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Servidores web y de aplicaciones

La mayor parte de aplicaciones que se desarrollan (y mantienen) hoy día son de tipo web. Esto quiere decir que son aplicaciones que para ejecutarse, necesitan una herramienta adicional: un servidor web. No basta el sistema operativo para que se ejecuten.

Necesita también un cliente o navegador web para presentar al usuario una interfaz que le permita interactuar con la aplicación.

  1. Un usuario abre su navegador y escribe una dirección web a la que quiere acceder.
  2. El navegador envía una petición buscando ese recurso a la dirección indicada.
  3. En la dirección indicada existe un servidor. Allí se encuentra instalado un servidor web que buscará el recurso solicitado a ver si lo tiene.
  4. Si no lo tiene, emitirá un error de recurso no encontrado (el famoso 404) de vuelta al navegador que se lo solicitó. El navegador mostrará al usuario que el recurso pedido no ha sido encontrado.
  5. Si lo tiene, leerá el recurso y lo enviará de vuelta al navegador del usuario. El navegador procesará la respuesta y mostrará el resultado al usuario que solicitó el recurso.

Todo esto es, de forma muy resumida, el ciclo de trabajo con aplicaciones web. Indica la necesidad de utilizar estas herramientas adicionales para lograr que una aplicación de este tipo, funcione. Veamos brevemente unos términos más.